nana del espejito

La luna le pidió al agua
un espejito prestao’
para mirarse la cara
que se la había lavao’.
El agua le dijo «sí»,
pero debes devolverlo,
que ese espejo pertenece
a un fabricante de sueños.
Él sólo a mí lo presta
porque lo devuelvo entero
cuando el viento se descansa
y termina con sus juegos.
Toma, lunita lavada,
aquí te entrego el espejo,
no olvides que pertenece
a un fabricante de sueños.

Ángel Parra