En todas las sesiones aprendo algo nuevo. Puedo llegar a hacer unas 200 fotografías en una sesión parecida a esta pero lo cierto es que en mi cabeza sólo se guarda una, algo así como un resumen de la sesión en una sola imagen. Tengo como una especie de «biblioteca fotográfica mental» donde guardo fotografías de muchos lugares en los que he estado. De las miles de fotografías que hice en la India tengo una que siempre me viene a la cabeza: un hombre mirando de frente a la cámara, en la imagen parece que su mirada va a atravesar la fotografía, es muy intensa, nunca había fotografiado a nadie tan seguro de sí mismo. Con el resto de las fotografías que hago me ocurre lo mismo. Si tuviera que quedarme con una fotografía de esta sesión sería la del embarcadero con Es Vedrá de fondo (la fotografía de cabecera de este post). Siempre tuvieron claro que querían hacerse fotos en ese lugar tan mágico. Hubo algún que otro contratiempo amargo durante la sesión que estuvo a punto de cancelarla casi a los 20 minutos de empezar. Aún así, supieron reponerse, se animaron mutuamente como lo hacen los equipos de fútbol antes de salir a jugar. Supieron valorar la situación y anteponer lo que querían hacer y no permitieron que nada les cambiara el plan. La fuerza, la capacidad de superación de un problema en tan corto tiempo, la seguridad de que el uno apoya al otro…esa actitud es difícil de ver en una pareja. Normalmente uno de los dos se rinde antes o le afectan más las cosas negativas. Pero flor&josé supieron llevar la situación con humor y calma. Cuando se miran se olvidan del resto, el tiempo se para, y los problemas parecen menos problemas. Le ponen al mal tiempo buena cara.

Gracias por vuestra sonrisa y complicidad a pesar de los pesares 🙂